Lo cierto es que llevaba tiempo queriendo hacer una receta con muchos colores. Desde que las vi por primera vez me fascinaron. Con lo que a mí me gustan los colores, y más en la cocina, era la idea perfecta para una nueva receta. Es tan alegre!
Este bizcocho en sí es muy fácil de hacer, es el típico en el que los ingredientes se miden con vasitos de yogur. Sólo requiere algo de paciencia para esperar mientras se hace cada capa, pero no tenéis que estar pendientes mientras está en el horno, así que podéis estar haciendo otras cosas a la vez. Dicho esto, aquí tenéis la receta:
Ingredientes (6/8 porciones):
- 1 yogur natural o de sabor
- 4 medidas de yogur de harina
- 2 medidas de azúcar
- 1 medida de mantequilla o aceite de oliva
- 1 medida de leche
- 1 sobre de levadura en polvo
- Un vaso de infusión (unos 250 ml) colada, o en su defecto agua templada.
- Esencia al gusto
- Colorantes alimentarios (en el super los venden)
Preparación:
Hacemos la infusión y cuando esté templada, la mezclamos en un bol con el resto de los ingredientes. Mezclamos todo y dividimos la masa en tanto recipientes pequeños como colores queramos para nuestra tarta. En mi caso, la hice de cinco colores (amarillo, naranja, rosa, azul turquesa y verde).
Precalentamos el horno a 180ºC y vamos coloreando cada porción de masa, según las instrucciones de los colorantes, de los tonos deseados.
Engrasamos un molde de unos cm de diámetro con aceite de oliva y vertemos en él el primer color (es decir, el que aparecerá más abajo). Horneamos la capa durante 10 minutos.
Una vez listo, lo sacamos del horno, vertemos encima la segunda capa y la horneamos el mismo tiempo.
Continuamos así con las demás capas hasta que nuestro bizcocho esté totalmente formado.
Ya solamente nos queda la decoración, como este bizcocho ya es muy vistoso por sí solo, yo sólo espolvoree azúcar glass y algunas virutas de colores por encima.